Es importante que tanto propietario como inquilino dejen claro sus intereses y así lo plasmen en un contrato de arrendamiento, ya que este puede ser de mucha ayuda cuando ocurran contratiempos e imprevistos con el fin de resolverlos. Por este motivo, es necesario conocer las cláusulas de un contrato de alquiler e incluirlas en este documento, siendo lo más completo posible para que tanto arrendador como arrendatario tengan todas las garantías.
8 cláusulas de un contrato de alquiler que debes incluir
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- La identificación del arrendador y arrendatario: En el documento debe plasmarse la identidad de ambas partes.
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Condiciones de la renta a pagar:
Se debe especificar la renta a pagar por parte del inquilino. La renta puede ser revisable al cumplirse cada año de vigencia, y en los términos establecidos por las partes. Si el contrato prevé una actualización anual de la renta, se puede tomar como referencia la variación del Índice de Precio del Consumo (IPC)
- Gastos: Los gastos correspondientes a la Comunidad de Propietarios, así como el impuesto de contribución serán responsabilidad de la parte arrendadora.
Por otro lado, la arrendataria asumirá el gasto por consumo, instalación, reparación, contratación o ampliación de los servicios y suministros de agua, luz, gas y teléfono, así como cualquier otro susceptible de ser individualizado por medio de contador.
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La duración del contrato y posibles penalizaciones:
Según la Ley de Arrendamientos urbanos (LAU), la duración puede ser pactada entre ambas partes y estableciéndose también un mínimo de 3 años de duración para realizar cualquier tipo de prórroga por parte del inquilino. Sin embargo, si no se establece una duración concreta se entiende que la duración del contrato será de un año.
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Reparaciones, obras extraordinarias y de mejora:
Según La Ley de Arrendamientos determina que las obras ordinarias y extraordinarias con el fin de conservar la vivienda para su habitabilidad corresponden al arrendador, salvo que el deterioro haya sido causado por el inquilino. De todas formas, es aconsejable determinar también en el contrato qué obras son las de mantenimiento y qué se considera obras extraordinarias.
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El estado de conservación de la vivienda:
Es necesario determinar el estado de la vivienda con una descripción y fotos adjuntas, además de un inventario detallado de los inmuebles.
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Depósito de la fianza:
Es obligatorio el depósito de una fianza, cuya cantidad será equivalente a una mensualidad de renta. Una vez finalizado el contrato de alquiler, siempre que se haya comprobado que la vivienda está en buen estado y que las rentas y los suministros han sido pagados, se devolverá esta cantidad.
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Forma de pago:
Se debe especificar los términos del cobro de la renta, los plazos en los que se debe abonar la cuota mensual, normalmente antes de los cinco primeros días de cada mes; y el modo en que se realizará (transferencia, domiciliación bancaria…etc.)
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Garantías adicionales:
Otra de las cláusulas de un contrato de alquiler es el pacto entre arrendador e inquilino de otro tipo de garantías, como puede ser aval bancario, personal, un depósito o un seguro de impagos.
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Si estás pensando en adquirir un inmueble para alquilar, ya eres propietario de uno o vas a ser un futuro inquilino, te recomendamos que tengas muy en cuenta todos los puntos previamente explicados. También, puedes asesorarte con los mejores profesionales y ahorrarte el tiempo y las preocupaciones de iniciar todo el proceso. ¿Estás buscando un inmueble o quieres poner en alquiler tu piso? Nuestra agencia inmobiliaria aquí para ayudarte.